drupa ovalar, del tamaño
de una avellana, de color azul negruzco. En el centro blando
del tronco hállase a menudo la gruesa larva de un coleóptero (Rhina palmarum), la que consideran los indios como manjar exquisito. Esta palma abunda en las
selvas húmedas de Alto Orinoco y del Zulia;
y en el Guárico, Apure y Barinas
(Jahn, Palmas, 15). «En guaraní la voz mbapora significa
cosa linda, hermosura, be-
lleza; pero no nos atrevemos
a sostener de firme que el nom- bre de nuestra planta
venga de esta palabra, a pesar de ser tan perfecta entre ambos la semejanza
fonética, y de cuadrar no mal
el sentido de aquélla con el aspecto de
la mapora» (Ernst). ||–Nombre aplicado a la palma real de Cuba, acli- matada en Venezuela.
Véase CHAGUÁRAMO. ||–Oreodoxa
acuminata. Palmera de tronco
liso, alta de poco más de 20 m, y semejante a la
palma
real. Las hojuelas tienen un pa- renquima mui delicado,
y son lineales, puntiagudas; los es- pádices, cortos, cilíndricos, nacen
debajo del coronamiento verde del tronco y se abren poco antes de la floración
para dar salida a las blancas
flores; fruto esférico.
Esta hermosa palmera fue encontrada
por Humboldt en el antiguo camino de Las Adjuntas a San Pedro,
y por Jahn en Carayaca y San Esteban. La O. Sancona es otra especie:
se asemeja en su há- bito exterior
a la O. acuminata; pero las hojuelas
de aquélla son menos puntiagudas.
MAPORÁL. Sitio
poblado de MAPORAS, y nombre geo- gráfico, que se pronuncia también
MAMPORAL.
MAPORÍTA. Diminutivo de MAPORA, y nombre geográ- fico. ||Bactris sp. Esp. de pequeña palmera del
Zulia.
MAPÓTE. En el Llano
es una flecha en forma de porra
y sin punta, que se ha usado en las guerras
pasadas como ob- jeto
incendiario. Véase CIPOTE.
MAPUÁRE.
Árbol indeterminado de Coro.
MAPUÉI. Dioscorea trifida. Planta vivaz, sarmentosa, vo- luble, cuya raíz, gruesa y feculenta,
blanca o morada, usada como ordinaria
verdura en el país, lleva el mismo nombre de mapuéi. –«Los mapueyes
y ñames son muy semejantes, aun- que de distinta
especie.» (Caul., I, 4). Voz ch. y cum. (en gal. mapi)
que designa la BATÁTA; en car.
nápoi
es propiamente el mapuéi. Ref. Cod.,
115. ||MORADO MAPUÉI. Color violado como el de la variedad morada de la raíz del mapuéi.
–«Sobre una silleta
estaba un pañolón
morado mapuey,
descolorido y roto» (Romero G., Peonía, 256). ||VENADO MAPUÉI.
Espe- cie o variedad de ciervo con cuernos peludos.
–«El venado mapuey presenta cuernos
con candiles no puntiagudos, si- no
más bien cortos
é hinchados en los estremos» (Ernst, La Exposición, p. 308). Es quizá el ciervo llamado yáka por los antiguos Tamanacos.
MAPURITÁL.
Sitio abundante en árboles de MAPURÍTE.
Geog.
*
MAPURÍTE. Mephítis sp. pl. Carniceros de la
familia de los mustélidos, de cuerpo esbelto,
cabeza pequeña, nariz larga y abultada,
ojos pequeños, orejas mui cortas y
redon- deadas, patas cortas con 5
dedos poco separados, plantas desnudas, uñas corvas, largas, débiles. Fórmula dentaria,
|
3 • 1 • 2 • 1
= 32.
Pelaje espeso, largo, abundante. Color vario, según las
especies, desde el gris
hasta el negro brillante; dos listas
blancas de anchura va- riable nacen
de la frente y corren
por el lomo hasta la raíz
de la cola, o poco menos, soliendo a veces faltar;
cola casi toda blanca o grisácea;
orejas con una pequeña mancha blan-
ca en el extremo. Mide
40 cm de largo. Para su defensa po- see el animalillo un líquido oleoso, amarillo,
segregado por
dos glándulas voluminosas que
desembocan en el recto: ese líquido, que el animal puede lanzar
lejos de sí a favor de
un músculo especial, es en extremo
pestilente, en cuanto que su fetidez se percibe a larga distancia y persiste largo
tiempo en los objetos tocados por
él. Los mapurites se ali-
mentan de gusanos, pájaros, raíces, bayas, etcétera. No se en- cuentra en
la región fría. Las especies
más conocidas son el
M. Mapurite y el M. suffocans. El nombre vulgar es tomado
del car. mapiritu (mapuritu, Caul).; cum. mapurichi; yaba- rana mapirichi; betoye
mafutiliki.
En Col. existe el nombre
mapuro, como si mapurito
(forma usada por Gumilla) fuese
en realidad un diminutivo. Ref. Gum., II, 312, 2ª ed. Cassani,
cap 7; Cod., 160. ||–Pez grande con dos listas en el lomo a
semejanza del mapurite cuadrúpedo.
Río Portuguesa. Es sin duda este pez el citado por Crevaux,
que lo observó en el Guaviare: «Le mapourito
est un poisson
sans écailles, à tête un peu aplatie horizontalement, qui porte six barbillons,
dont les deux de la mâchoire supérieure sont aussi longs que le corps» (Voyages, p. 444). ||–Pez
chico y delgado,
de cabeza chata, con 4 barbillas largas y 2 aletas: es blanco,
pintado de negro. Río Orinoco.
D. t. MAPURITO ||– Zanthóxylum
Chilo- perone. Rutáceas. Árbol frondoso de tronco cubierto de agui- jones que se engruesan
en su base cuando crece el árbol y
forman entonces crestas
rugosas sobre la corteza.
Hojas en espiral (1/6), compuestas, imparipinadas, con un raquis
co- mún acanalado arriba,
largo de 9 a 12 pulgadas,
hojuelas 5 a 6 pares, de hasta 5 pulgadas,
casi sentadas, elípticas, pun-
tiagudas, agudas o no en la base, festoneadas, sembradas de puntos
glandulosos traslúcidos; hojuela terminal aovada. In- florescencia indefinida. Fruto arracimado; cajitas dehiscentes,
bivalvas, torcidas en la base
y contrapuestas en el ápice;
se- milla pequeña, elíptica, achatada, negra,
lisa. Madera ama- rillenta. Restregadas las hojas,
exhalan un olor penetrante,
desagradable, y de ahí el nombre
vulgar. Crece en los Llanos.
||–Acacia foetida. ÚBEDA, CUJÍ HEDIONDO. La madera de este árbol recientemente cortada, o hecha leña, que es para lo
que de ordinario
se la aprovecha, despide un olor desagrada-
ble que a distancia
se percibe. Ref. Cod., 107, 119. ||–Petiveria alliacea. Fitolacáceas. Mata subfruticosa, de tallo recto, poco ramoso,
alta de 2 a 4 pies,
pubescente; hojas alternas, simples,
elípticas u oblongas,
cortamente pecioladas, enteras, glandu-
losas hacia el pecíolo, con estípulas caducas; flores pequeñas
blancas, teñidas
a veces de rosado,
unilaterales; aquenio cua-
drangular, cuya base está acompañada
del cáliz mientras que el vértice
es grueso y ganchoso.
Toda la planta exhala un olor
de ajo, y de ahí el nombre
vulgar. ||–Roupala mollis.
Proteá- ceas. Arbolillo de uno a 3 m de alto.
Ramos gruesos, hojas complicadas, pecioladas, coriáceas, anchamente aovadas, ob-
tusamente dentadas,
pubescentes; racimos erguidos, más lar-
gos que las hojas; flores pubescentes, anteras sentadas, ovario
biovulado. Crece
en Quirorá, montañas
de Mérida.
MÁQUE. Esp. de árbol maderable
del E. Falcón.
MÁRA. En el E.
Anzoátegui, angarillas, árganas, aguaderas.
–«Las veréis [a las campesinas margariteñas] pasar con su ces- ta (mara) en la cabeza, su macuto (mapire) colgando de los hombros, y ocupadas
en alguna labor.» Rísquez, Discursos y conferencias, p. 323. No es indispensable usar de ellas un par, y por eso admite bien el singular. Voz chaima.
MÁRA. Cierto árbol maderable Ref. Cod., 119. ||–Bursera sp. –«El árbol llamado mara, a quien los indios
Cumana- gotos y Palenques llaman cucheme, y algunos españoles palo de incienso,
se da con abundancia en esta provincia, y es un árbol muy alto y grueso,
así en el tronco
como en sus ramas, que tiene la mayor parte del año desnudas
de hojas.» (Caul., I, 5 § 1). ||–Resina extraída de alguna Burserácea,
quizá otra especie que la del E. Anzoátegui, arriba mencio- nada. Hablando Castellanos de la expedición de Federmann y de su tránsito por
la región del E. Lara,
dice de los indios
allí hallados: «Untados todos ellos con
resina | O mara que
llamamos trementina.» (2 Eleg. I, c. 2º). –«La resina
rara, que todavía no se sabe de dónde la sacan los indios Guaybas (Guagibos),
Tunebos
y Chiricoas, es la que
ellos llaman Mara; es de color encendido, no tiene mal olor, aunque es singular, é intenso: yo no sé qué conexión
tiene con los ve- nados, que van en pos del que tiene Mara.» (Gum., I, 307; 2ª ed.)
||–Esp. de Ciperácea medicinal del E. Lara. ||–BLANCA.
Bursera
karsteniana. Árbol de
madera resinosa y ligera, de color blanco y de escasa
dureza. E. Anzoátegui. Ref. Ernst, La Expos; 216. ||–COLORADA,
Bursera
heterophylla. Árbol de
madera análoga a la
de la mara blanca. E. Anzoátegui.
D. t.
MARA ROSADA.
*
MARÁCA. Sonajera hecha de un
calabazo pequeño y redondo, con
algunas semillas de CAPACHO dentro, y pro- visto de un mango, para sonarlo
como sistro. Úsase hoi en la música popular, tocando un par de ellas, una mayor que la otra, y acompañando de ordinario el canto; pero en lo an- tiguo
fue instrumento sagrado
característico en el ritual de los
piaches indígenas. –«Al lado del maestro arpista
va el cantador, el poeta rural, con sendas maracas en las manos.»
D. Mendoza,
El llanero, p.
25. Voz caribe:
en cal. malágali, en
jinácoto-umawa
y aruaco maláka, tam. e ipurucoto
ma-
raká, guaraní mbaracá, caliña, trío, tupi, maráka, etcétera.
||–Entre ingenieros hidráulicos, «cebolla» que se adapta a las cañerías
de un acueducto. ||–Cebolla, reloj de mala calidad.
–«El único caballo que tiraba de la victoria
se paraba más que mi reloj
de bolsillo (cronómetro maracaibo
legítimo)» (J. J.
Churión, Sensaciones de un viaje extravagante, 16).
||–NO
SER PALO DE MARACAS: no ser persona
insignificante.
–«El
que hizo llorar
al general Páez en Casupo
y lo obligó a capitular en
Macapo, no es ningún palo de maracas.» (Tosta
G., El complot de marzo, 151). ||UNA COSA
ES CON MA- RACA
Y OTRA COSA CON BANDOLA: la cosa o asunto es mui dis- tinta. ||VOLVERSE FRUTA DE MARACA: dispersarse, huir.
MARACÁNA.
Ara severa, según Cherrie. Véase Guaca- maya.
Del tupi marakaná con que
designan en Brasil el Macrocercus Illigeri, el M. nobilis
y el Conurus guyanensis.
*
MARACÁYA. Felis
mitis (?). Especie de carnicero de pe- queña talla. –«La ínfima (especie de tigre), que son los más
pequeños, se llaman en Caribe
maracaya; y en Cumanagoto teepotuo, o tigre sabanero.
Éstos son de pinta menuda y son más audazes que los antecedentes.» (Caul., I, 7). En cal. ma- lákaya, en gal., malakaya. El guaraní mbarakaya, y el tupi marakayá designan el F. mitis de
los zoólogos.
MARÁCO. Mimosa fastigiata. Leguminosas. ||–Hijo me- nor entre varios de una familia;
benjamín. –«Domitila, la rapaza manumisa, instalada sobre el pilón que había echa- do a tierra, prestaba el calor de
sus senos tiernos a aquel hermano mío, tan querido, a pesar de arrebatarme, después de siete años
cumplidos, mis prerrogativas de maraco.» (Urbaneja A., La piara de Lucifer).
MARAGUARÁI.
Bromelia sp. Suerte de planta parásita. Voz cumanagota, aplicada a las cabrillas,
que significa:
«como la maya»; pues el sufijo guarai o guarado equiva- le al griego oide y al latín formis. Entiendo
que la voz es desusada. Véase MAYA,
adelante.
MARAIMARÁI. Hecastophyllum Brownii.
Leguminosas. Planta de hojas simples, aovado-elípticas, acuminadas, re-
dondeadas en la base,
subacorazonadas, apretadamente pu- bescente en el envés. Crece en Cumaná y florece
en setiembre.
MARÁMA. Attalea funifera.
Palmera del Brasil que pro- duce una fibra semejante al chiquichique.
Voz baniva, ua- requena, carúsana y mandavaca;
en puinabe maramño. Véase PIASÁBA.
MARAMARÁL.
Monte bajo, zarzal, rastrojera.
–«Per- díanse en el monte, bajo los inmóviles bucares, detenién- dose para escuchar
como si fuera un sollozo venido de muy lejos
el sollozo de algún dolor
remoto e ignorado
el canto de las soisolas
esponjadas en los maramarales.» (Cabrera
M., La guerra, 37).
MARÁMO. Copaifera
officinalis. COPÁIBO. Us. en Guayana.
MARÁNA. Bálsamo de copaiba. «Ay unos palos que llaman de Aceyte, que arrojan una Resina clara y hermosa,
más del- gada que la Trementina
de Aveto, que llaman unos Marana, y otros Bálsamo Copai» (Cisn., 23). Us. en Guayana. Marána en tam. (Gilii,
II, 78). Marana en ch. es aceite de palo.
MARÁO. Especie de agujón, pez de las costas de Barcelona.
MARÁPA. Fruto
del JOBO. –«El jobo, a quien los indios llaman marapa, es una fruta
muy olorosa.» (Caul., I, 3). Voz cumanagota. ||–Bebida refrescante confeccionada con JOBAS. –«Su cáscara y médula amarilla
encendida es tam- bién dulce, con su punta de agrio; y de ella se proveen los indios
para su sustento,
cocidas y deshechas
en bebida, que dejan
curtir, para que se ponga aceda
y agria.» (Caul.,
ib.)
MARAQUEAR.
Sacudir, menear un objeto a uno y otro lado. Ver MARACA. ||–MARAQUEAR LAS MUELAS DE SANTA
APOLONIA: jugar a los
dados.
MARAQUÉO. Acción
de MARAQUEAR, menequeo.
MARAQUÉRO. Tañedor de MARACAS.–«Mientras el ma- raquero inclinaba de un lado la cabeza
como queriendo co- jer la cadencia uno de los cantadores
se puso en pié.» (Cabrera M., Mimí, 80). –«Amós, el rapaz del ganado, hacía
de maraquero» (Urbaneja
A., La bruja).
MARAQUÍTA. Dim. de MARACA. ||–Paloma pequeña así
llamada por el ruido de castañuelas que hace con las alas al levantar el vuelo. Su canto reza:
tu-tu-cú. Véase SARARÍ.
MARAQUITO. Crotalaria anagyroides. QUINCHONCHO
DE MONTE. ||–Benjamín. Dim. de MARÁCO.
MARARÁ. Martinezia elegans. Palmera provista de un ri- zoma
horizontalmente extendido del que nace cierto nú- mero de troncos, altos
de 6 a 7 m y gruesos
de casi 10 cm; tronco
anillado, espinoso en los intervalos; hojas de 11/2 m de largo; hojuelas en número de 60 a 80 a cada lado del ra- quis, irregularmente dispuestas, pinadas,
cuneiformes, con erosiones irregulares y dos puntas marginales en el extre- mo; inflorescencia axilar, con dos espatas; fruto rojo
del grosor de una avellana.
Crece en Barinas.
||–Icterus sp. (?). Pájaro
pequeño semejante al TURUPIAL que suele hacer sus nidos en las hojas de la palma MARÁCA.
MARARÁI. Martinezia sp. Montañas de Capaya (A. Jahn). Es la voz anterior algo
modificada.
MAREMAR. Cassia grandis. CAÑAFLOTA,
CAÑAFÍSTOLO
BURRERO.
D. t.
MARIMARÉ. Car. marímare, cal. y gal. mali- mali, tam. uarimári, etcétera. En tupi arimari (C. brasilia-
na). || –Suerte de baile indígena usado en Barcelona y en Guayana.
–«Todos los indios de la comarca | Participaron del maremare»
(Gorrochotegui, Aramare,
I).
–«El indio no con- testó
nada; y se alejó
silbando algunas notas del maremare, canto indígena, lleno de
salvaje melancolía, monótono y extraño.» (E. Toro, Por las selvas de Guayana, p. 114).
MARIGUÁCO. Cierto
árbol maderable (Cod. 119).
MARÍMA. Mirtáceas.
Árbol corpulento del Alto Orinoco.
«Tiene una segunda corteza
del grueso de 2 líneas tan es- toposa y unida, que sirve de manta a los indios y con ella
hacen vestidos que los preservan de las lluvias»
(Cod., 104, 119). –«Mañana
estreno la hermosa
camisa de corteza
de marima, que me regaló un cacique» (J.V. González, Bolívar en
Casacoima).
*
MARÍMBA. Instrumento músico que consiste en una cuerda de vihuela
tendida a lo largo de una varilla
o verada de unos 6 palmos:
la cuerda suena con la percusión de un
palillo y las notas se gradúan con la mayor o menor aber- tura de la boca,
que sirve de caja armónica
y en la cual se apoya
uno de los extremos
del instrumento. –«Para las gai- tas tenemos la dulce, la preciosa marimba» (R. Bolívar, Los velorios de mayo). D. t. MARIMA y TARIMBA. Voz africana.
MARÍMBA. Cobarde. Gallo de combate poco esforzado.
Ref. Pic., 246.
MARÍPA. Attalea Maripa. Palmera de la Guayana. Voz ga- libi y macusi.
Según Im Thurn, los Cacibis de la Guayana
inglesa
llaman maripa al cucurito, es decir, a la Maximi-
liana regia; y es posible que en esta acepción se tome la voz en Venezuela.
MARÍTA.
Árbol indeterminado. Carabobo.
Dim. de MARA (?).
MARÚSA. Morral de hilo de COCUIZA o de otra materia.
–«Guardaban lo restante como
bastimento en la marusa o morral
y hasta en las capoteras
de lienzo blanco.» (R. Blanco
F., El hombre de hierro, 282). –«Comenzó ayudándole a trasportar
la marusa donde se echaba todo lo sonante y otras cosas menudas como hilo y agujas» (Urbaneja
A., Mechita, la linda). –«Agarrábase a los soldados, pero éstos
la empu- jaban y se metían en el agua, llevando
en alto los mausser
y la marusa de cápsulas» (Urbaneja A., De cuando era joven).
MARÚTO. Ombligo del recién nacido. Us. en el Alto Llano. Del cum. maruete, ombligo. ||–Verruga, verdugón, roncha, pápula. Aragua. ||–Árbol maderable indeterminado. Coro.
MARVÍ. Esp. de planta tintórea.
MASAGUÁRO.
Cichla multifasciata. Crómidos. Pez farin- gognato que ha encontrado el Dr. Ernst
en algunas lagunas cerca de Cagua. Cf. MATAGÜARO. ||–Pithecolobium sp. Ár- bol
coposo, de madera dura y resistente, propia para cons- trucciones. Sin. Masagüero (?).
MASAGÜERO.
Crenicichla macrophthalma. Crómidos.
Pez
de mar, semicilíndrico, caracterizado por su aleta mui desarrollada en su parte espinosa. ||–Árbol indeterminado de construcción.
(Sin. Masaguere, Cod.,
119?)
MASAMÁSA.
Véase BEJUCO DE
AGUA. «Regio collar de abiertas campanillas |
la trepadora mazamaza enreda» (Lazo Martí, Silva, I). Es de ordinario masc., refiriéndose
a bejuco.
MASARANDÚ. Mimusops elata. Sapotáceas. Árbol de Guayana del cual se extrae
caucho. Del tupi masaranduba
o maçarandiva.
MASPÁRA. «Árboles de grandes dimensiones:
la madera se emplea para rollos de descerezadoras, almas de trapiches y piezas de asientos
de maquinarias; es la más indicada
pa- ra sustituir al roble americano
en la fabricación de duelas de barricas»
(Joaquín Espinosa). Maturín, Carabobo.
MATA. «Vasija en que
va echando la leche cuando se or- deña; y las hay para otros usos.» Medrano, p. 48, ed. de 1883. Us., en Marac.
Véase MATÓN. La voz mate significa en el Perú y Chile vasija de totuma (calabaza americana); y mati, en el quichua
ecuatoriano, es plato hecho de esa ca- labaza. Quizá la voz maracaibera es aféresis del azteca teco- mate
que significa lo mismo.
MATÁCA. Árbol de Cumaná. –«Este pájaro (el guácharo)
se mantiene de la fruta del árbol
mataca que abunda en los bosques de los cerros
de Caripe, y sólo por la noche va en
busca de ella» (Cod., 191).
MATAGUÁRO. Crenicichla Geayi. Pez de río, de color plomizo
provisto de una como sierra eréctil
sobre el lomo, la
cual eriza en caso de alarma. Aragua,
lago de Tacarigua.
MATAJÉI. Avispa larga de unos 5 mm. Abdomen
en for- ma de lanceta,
de base globulosa
y armado de aguijón;
alas
con
vena costal oscura, mui gruesa, manchada
de pardo en la extremidad. Color negro con ribetes
amarillos en los 4 segmentos abdominales. Hace panales globosos, llenos de una miel espesa
y abundante con una sustancia
papirácea en los árboles.
||–(Masc). Panal de avispa MATAJÉI. –«Jocundia tan ocasionada a vaciarse
en miel y en ponzoña,
como ma- tajey caicareño.» (R. Bolívar,
Apodos). –«Estaban
montán- dose en los palos para coger matajeyes.» (Pocaterra, Vidas oscuras, 14) D. t. MATAJÉA (fem). en Lara. ||–«Colmena de barro que hacen las avispas
en los árboles» (Pic., 247). Us. en Mér.
MATAMÁTA. Chelys fimbriata. Quelonio de espaldar mui
poco abovedado, con placa
cervical, doble placa cau- da
y tres filas de gibas
longitudinales aquilladas; peto sin placas
axilares ni costales, boca hendida, nariz
prolongada en forma de trompa; cuello largo, cabeza con un lóbulo
triangular membranoso sobre cada oído y varias barbillas en el mentón,
garganta y cuello;
cuello largo, cola con pun- ta córnea, pies con membranas
natatorias, los anteriores con 5 dedos,
los posteriores con 4. Color
castaño encima, amarillo verdoso sucio debajo, con seis fajas longitudina-
les negras debajo del cuello. Longitud 130 cm, pudiendo llegar, según Dumeril, a 220. Escóndese en la arena
o en el sieno, y entre plantas acuáticas acecha ranas y pececillos,
de que se alimenta. Es un animal feísimo y nauseabundo, del que piensa
Schomburgk que Hollenbrenghel, con toda su
fantástica imaginación, jamás hubiera
logrado encontrar tan completo ideal de lo asqueroso
y hórrido como el que la na- turaleza ofrece en este
reptil. Del tupi matamatá, lo mismo.
MÁTO.
Tejus Teguixim. Amélvidos. Lagarto de cola re- dondeada en la base y algo
comprimida desde el centro; cuello con piel delgada; escamas del lomo con fajas
tras-
versales, las del vientre
en figuras pentagonales; incisivos superiores
con dos o tres escotaduras y tres puntas o pro-
tuberancias; faltan los dientes palatinos; lengua retráctil en la base. Color negro pardusco, mui abigarrado; por su par- te
inferior es amarillo
rojizo con fajas trasversales negras. Mide 150 cm y aun 200, de los que corresponden a la co- la casi las dos terceras partes.
Abunda en las regiones
cáli- das del país.
«Los negruzcos matos corrían a encuevarse» (Urbaneja A., Tierra del sol). Del cum. mato, lagarto.
||–Mo- lledo, lagarto (del brazo). ||–DE AGUA.
Tejus
nigropunctatus. Especie de lagarto de gran tamaño.– «La iguana y el mato de agua | se fueron al Orinoco; | la iguana no volvió más, |
ni el mato de agua tampoco.» (V. M.
Ovalles, El llanero, 161). ||RAÍZ DE MATO. Aristolochia barbata. Mata mui ramosa,
alampiñada, de tallo corto, sarmentoso, con raíz a modo de maceta; ramos delgados, largos; hojas acorazonado-oblon- gas, pedatinervias, largas de unas 3 pulgadas;
limbo perigo- nial encorvado
hacia dentro, embudado por arriba y cuya boca
truncada se prolonga de golpe en un labio corto, re- dondo, estrechado en la
base, sin apéndice terminal, con una mancha morena
en su parte interna y media.
La A. bul- bosa de Apure y la A. dictyantha llevan también igual nom- bre
vulgar, el cual se refiere al antídoto
que en la planta dicen que halla el MATO para combatir y vencer toda ser- piente
venenosa. La creencia se encuentra igualmente en
la India Oriental, y a esto se debe en parte las aplicaciones
medicinales de la raíz, análogas a las de la serpentaria de las boticas.
Ref. Cod., 112; Ben., Nº 81. ||LOS MATOS SON
RAYADOS Y CAMINAN EMPINADOS: respuesta irónica a alguno que
amenaza vanamente matar.
MATÓN. «Tinaja o vasija grande de barro destinada
a guar- dar agua,y
algunas veces granos, almidón, etcétera.» Medrano,
p.
48, ed. de 1883. Aument. de Mata, q.v.
MAURAJÁGUA. Árbol indeterminado.
MÁURE.
«Son a fuer de faxas mujeriles
muy curiosas.» (Carv., 168). ||–En Coro vale la voz por pieza de dril fuer- te para pantalones. (Véase Ernst, La Exp., 561). «A otros más honestos un pedazo | De maure cubre partes impu-
dentes.» (Castellanos, Eleg. 2ª pte. introducc.)
MAUTÁJE. Conjunto de mautes o ganado poco desarro- llado.– «Todo el ganado grande y mautaje
que ramonea por ahí, tiene un jierro largo y ancho,
que parece un adobe.»
Maldonado, Tierra nuestra, p. 107.
MÁUTE. Becerro de uno a dos años.
–«Me dijo que había visto
en esos comederos la vaca orúa
que se fue con el be- cerro; ya debe cargar un maute» (Pocaterra, Vidas oscuras, 25). –«Ha de llevar cuatro mautes | y dos o tres novillonas.» (Trova popular; en Romero G., Peonía, 172). ||–«Mauta o maute
llaman nuestros campesinos el animal que en la lac- tancia ha perdido su madre y se le amamanta en el redil» (Med., 69). –«Las vacas inutilizadas por la edad o por afec-
ciones en la ubre, que ya no darán más producto,
llámanlas horras. Las reses enfermizas o flacas, mautes.» D. Mendoza, El llanero, p. 32.
MAVÁCO. Especie de palmera de Guayana.
MAVACÚRE. Strychnos Gubleri, según Planchon.
Planta trepadora de Guayana
con cuyo jugo espesado
preparan el curare los
Piaroas. Ref., Cod., 111.
MÁVI. Bambusa arundinacea. Especie de gramínea de Guayana. Escríbese también MÁBI.
MÁYA. Plantas
herbáceas, vivaces, del género bromelia,
mui abundantes en la región cálida del país. Tienen hojas radicales, arrosetadas, casi rectas, sentadas,
lanceoladas, de bordes aguijonosos; bohordo grueso, blanco, pulverulen-
to, coronado de un racimo
o panoja: perianto
campanudo, con 6 divisiones; bayas del tamaño de un huevo de paloma,
amarillas, uniloculares, polispermas; semillas lenticulares,
lustrosas, negras. Estas frutas
son comestibles, vermífugas, y tienen el propio
nombre de la planta. Especies
principa- les son la B. chrysantha y la B. Pinguin (Malla anthelmin- tica, R. de Gy). –«Con el nombre de ellas (las frutas) denominan los indios a las estrellas
que llamamos Cabrillas,
por quien de noche se gobiernan, y llaman Madaguaráyo, que quiere
decir el semejante a un racimo
de Mayas» (Caul.,
I, 3). –«La fruta que los indios llaman Mada, es abundante, se cría en cualquiera montaña, y durará en acabarse
cuatro o cinco meses.» (Ruiz B., Convers.,
I, 4). –«La maya erige
colosal racimo» (Lazo M., Silva
criolla, I). Cree Chavero (México al través de los siglos, I, 237) que la voz sea sacada
del mayaquiché. ||–Miconia
Fothergilla. Melastomácea. Planta que se halla en Galipán, cerca de Caracas.
MAYÁL. Sitio abundante
en MAYAS. –«Los Cumanagotos y Goagiros no han encontrado nada
mejor con que comparar
la bella constelación de los navegantes, que con los dorados
racimos de sus mayales.» (A. Rojas, Estudios
indígenas, 81). Geog.
MAYUBÍRE. Árbol maderable indeterminado. Crece en Guayana. Ref. Cod., 119.
MAZATO. Sustancia
alimenticia líquida preparada con maíz. «Cierto brevaje, que es muy espeso como maçamorra
o puches, que en algunas partes
de España llaman poleadas
o çahinas; y este maçato
es algo acedo, y tiénenlo por muy exçelente brevaje.» (Ov., II, 297, 300). –«Tampoco
(ha habido variante
alguna) en el masato llamado chicha, muy distinto de la bebida de este nombre,
que era un licor embriagante, del cual hacían uso en los festines
y holganzas» (T. Febres Cor- dero, Los aborígenes
de los Andes venezolanos). Voz chaima, común
sin duda en otras lenguas
americanas. Antigua orto- grafía, MAÇATO (Ov., l. c., Carv., 430). Sin. CARATO.
MECATÁZO. Acción
de lisonjear interesadamente a un magistrado o alto personaje.
* MECÁTE. Fibra de
una especie de COCUIZA, y también la cuerda hecha con aquélla. Del
azteca mecatl. ||–HALAR MECATE: adular
sistemáticamente a un magistrado. –«No les hacen ningún
bien a los pueblos,
y todo se les va en ja- larle el mecate a los mandatarios de Caracas,
que son otros tales que bien
bailan» (Picón F., Fidelia, 148).
MECATEÁR. Linsojear con exceso a un magistrado. –«Me- cateaba
Jeremías | aplaudiendo Zebedeo.» (L. Delgado Correa,
El
mosaico, p. 92).
MECATÉRO. Adulador.
MECÓQUE. Árbol de construcción del Zulia.
MÉNE. «Betún a manera
de brea o pez derretida.» (Oviedo, II, 301). «Máne es una goma negra de Tierra Firme, de la que se sirven como de la pez.» (Breton, Dicc. car. fr).
–«Minas inagotables de mene o pez mineral hay
en las provincias de Mérida y Coro, y sobre todo en la de Maracaibo.» (Cod.) Los yacimientos vecinos al lago de Maracaibo
se citan ya en la Descr. de la lag., etcétera. Véase MANÍ. Ref. Cod., 153, 461.
MERECÚRE. Couépia sp. Árbol frondoso y elevado,
de tron- co cilíndrico, más o menos
recto; hojas pecioladas de hasta 10 cm de largo, estipuladas, elíptico-lanceoladas, enterísimas,
de borde ondeado,
agudas por ambos
cabos, algo aquilladas, coriáceas, lustrosas;
raquis y nervios
de un blanco amarillento;
flores arracimadas, pedunculadas; receptáculo con 5 dientes, amarillo por dentro, amarillento
de fuera; 5 pétalos alter- nantes, aterciopelados, blancos, densamente cubiertos de pe- los
blancos en la base interna:
anteras arriñonadas; pistilo cónico, velludo; fruto
oblongo, con la corteza
delgada, fria- ble, verdosa,
y la carne amarilla, harinosa, de un olor sui ge- neris, comestible; pipa larga de 6 cm ovoidea.
Alto Llano. Pero ésta u otra
especie no escasea en todos los
Llanos.
–«Repleto de sarrapia, merecures
| y cacao del Guaviare.»
(Gorrochotegui, Aramare, V. Ref. Carv., 366).
*
MERÉI. Anacardium occidentale.
Árbol ramoso, de ho- jas alternas, simples, enteras, coriáceas, lampiñas, trasovadas
u ovales, cortamente pecioladas; flores en panojas termina- les; nuez comprimida,
semiarriñonada, sostenida por un grueso pedúnculo piriforme, rojo o amarillo, jugoso, algo fibroso,
comestible. Madera mui dura y fuerte,
rosada, cuyo peso específico es 0,49. El meréi se ha usado contra
la dia- betes insípida, en las secuelas de la influenza, en las con-
valecencias. El aceite cáustico de la semilla se ha empleado
para cauterizar los lepromas. –«El árbol que en la provincia de Cartagena llaman Merey, y en la de Casanare
Caracoli, todo
es útil.» Gum., I. 308. –«Dase
también en muchas partes
de esta provincia
el árbol silvestre
que los españoles llaman
merei: en la isla de Puerto Rico paují, de quien toma el nom- bre su fruta.» Caul.,
I, 3. –«Desprende el merey sabrosa al- mendra.»
(Lazo M., Silva). –«Exhiben sus colores sazonados
| áureos racimos y mereyes
rojos.» (Id., Veguera). –Voz carí-
naca y puinave: en car. bórai, en gal. Mué, en ar. márehi.
Caulín, con todo, da a entender que no
es voz indígena. Armas la deriva del arábigo. Sin. PAUGÍ. Ref.
Carv., 367; Caul., I, 3; Gros., 404.
MEREYÁL. Sitio
abundante en MEREYES.
* MICO. Hapale argentata. Mono
platirrino, cuyo géne- ro se distingue por tener dedos con uñas, excepto
el gordo del pie, que es oponible,
cola no prehensil, cerebro liso; den-
tadura: 2.1. (3.2) = 32; es decir, 4 dientes menos que los de- más monos, pues carece de muelas del juicio. El MICO tiene las orejas grandes,
membranosas, desnudas, y la cola más lar- ga
que el cuerpo. Pelaje largo y
sedoso, blanco-plateado; pelo de la cabeza y espalda poco desarrollado, cola de un negro
mate, cara casi desnuda, color de carne; ojos negros.
Longitud: 42 a 45 cm, (incl. 25 de cola). Es mui raro. –El
H. Penicillata, llamado TITÍ, tiene
en la frente una mancha
redonda; ojos grandes, orejas con un moño o mechón. Pelaje rojizo gris. Cabeza y cuerpo oscuros,
manos y pies de
un pardo claro u oscuro;
cola con anillos
blancos y gri-
ses alternativos. Vive en manadas y come frutas e insectos. Ver MACÁCO. ||–Dos pequeños monos del género Cebus llevan
el nombre de mico. La forma de su cuerpo es regular y
su cola está del todo cubierta de pelo. El C. fatuellus se distingue en una especie
de moño bicorne
que forman los pelos
erizados de la cabeza; carácter vivo, alegre,
afable. Casi siempre andan en los bosques
acompañados de otros monos del género Ateles. El C. Apella es la otra especie. Ambas son del Orinoco. Sobre la voz dice Martius: «Fué adoptada por los Brasileños, y oída en las Antillas
por los primeros europeos; en caribe mecu (Breton, p. 367); entre otros el Cebus xanthocephalus Spix» (Beitr.,
II, 461). En cal. y gal. meku,
igual cosa. ||–«Niño de pecho» (Carv., 350).
Voz ch.y cum.
MICÚI. Tauschia Jahnii. Umbelíferas. «Planta andina de
tallos y ramos fistulosos, estriados,
hojas pinatisectas, gla- bras, y flores amarillentas y dispuestas en
umbelas senci- llas.» Pittier, 229. –«Especie de encurtido por raíces: micuyes y rubas en la tierra
fría.» Salas, Tierra-Firme, 182.
MICHIRÚI.
Yerba comestible de Mérida. –«Los mucu- chíes, además
de las papas, rubas y otros tubérculos, aplica- ban a su sustento
la yerba denominada por ellos
michiruy» (Salas,
Tierra Firme, 182). D. t. MICHURÍ (?).
MIJÁGUA. Fruto
del mijaguo, o por mejor decir, el
pe- zuelo del fruto. Las mijaguas
pueden pasarse, y ser así con- servadas indefinidamente.
MIJAGUÁL. Sitio abundante en MIJAGUOS. Geog. MIJAGUALÍTO. Diminutivo de MIJAGUAL.
Geog. MIJAGÜITO. Diminutivo de MIJAGUO. Geog.
MIJÁGUO. Anacardium rhinocarpus. Árbol mui elevado, coposo y corpulento, de
hojas enteras, trasovadas, obtusas, acuñadas en la base, dos veces más largas que anchas; paní- culas terminales, su fruto es una
nuez reniforme, lateral- mente umbilicada, con
un pedúnculo vermiforme, torcido, carnoso, verde primero, negro en definitiva, comestible. Su madera apenas sirve para bongos y canoas, y da buenas
ta- blas para cajas y ataúdes. Bajo Llano. D. t. MIJAGÜE. –«El almuerzo iba a efectuarse bajo un
soberbio mijagüe.» (Romero G. Peonía, 269).
MIJÁO.
Heliconia
Bihai. BIJÁO. Us. en Anzoátegui.
–«Otros
bajo ligeros techos de hojas de mijao y platanillo,
huían la llovizna.» (B. Vallenilla L., Guerra y fiebre). ||–Rhi- nocarpus excelsa. MIJÁGUO. Us. en Caracas y Táchira. –«A la sombra de un mijao el poeta sueña»
(Motivo de soneto por Díaz Rodríguez).
–«Entonces Acuareyapa, alto y
musculo- so, arrogante el porte,
como los mijaos
de las montañas hi- zo cara a los soldados» (Urbaneja A., Los abuelos).
MIJÍ. Bideus humilis. Compuestas. Planta baja con flores
amarillas, que crece en los páramos de los Andes venezolanos.
MITÓI. Sepulcro, entre los antiguos indígenas de Mérida.
–«Con
frecuencia al arar ciertos campos, se descubren
estos sepulcros que los indios
llaman mitoy, y al lado del cadáver
se encuentran unas piedrecitas encarnadas. Hoy cuando descu-
bren un mitoy, la laja que lo cubre la utilizan
las mujeres para moler cacao, por lo plana y fina.» (J.I. Lares, Etnografía
del Estado Mérida, 20). D. t. MINTÓI. (Salas, Tierra Firme,
166; Febres Cordero,
Los aborígenes de los Andes venezolanos).
MÓ. Extracto acuoso del tabaco. –«Del jugo del tabaco sa- can el mó y el chimó, cuyo uso es muy general en las pro- vincias de Mérida, Trujillo y
algunas partes de Barinas.» (Cod., 136). La voz consta ya en el diccionario de Terreros. Escríbese también MÓO.
MOCOMÓCO. Philodendron
(Montrichardia) arbores- cens. Aráceas. Planta herbácea, de raíz no tuberculosa, que se
halla en el Orinoco inferior. Del car. mukúmuku.
Entre los Galibis, el mukumuku es asimismo
el Caladium arbo- rescens. Sin. RÁBANO, en el Apure y el Guárico. Me pare- ce que no
hai aquí relación alguna con el moco-moco
de los quichuas. (Ver Cobo, I, 496).
MOCOTÉ. Cassia alata. Sin. MAJÁGUO, arriba. «Costa sur del lago de
Maracaibo» (A. Jahn).
MOJÁN. Hechicero, brujo, o, como se expresa Carvajal,
«médico sanctero.» –«Él salió tan buen mohan o físico, que dio a entender
a los indios que sus curas eran sobrenatura- les» (Aguado, I, 79). «Me han certificado haber visto a los mohanes o jeques de los indios hablar
con el demonio.» (Id., 459). Voz chibcha.
«Tienen un género de sacerdote que llaman
maihan que los españoles llaman corruptamente mohan, es entre los yndios muy reverenciado como entre no- sotros los clérigos y avn creo que más.» Relac. geográf. de
Tamalameque, 1579, en «Bolet. del Centro de Estudios
Americanistas de Sevilla», Nos 23, 24, feb.
y mar., 1919.
Sin. PIACHE. Moján es
la ortografía de casi todos los anti-
guos cronistas. (Cast., Elog. de Rojas, c.3º; Carv., 351; Cassani, 108; Oviedo y Baños, I, 7, etcétera); pero se pro- nunciaba antes MOJÁN,
como decimos hoi, y así lo traen Rivero (Hist., p. 118, 143, 427, etcétera) y Gumilla.
(El Or. Ilust., II, 30). Geog.
MOJANÁZO. Maleficio, brujería,
sortilegio, mal de ojo.
«Esta superstición aún se encuentra entre el pueblo bajo de las ciudades del Occidente de Venezuela, donde se deno- mina mohanazo la influencia nefasta.» (Salas,
Tierra- Firme, 166).
MONTANAYÁRE. Árbol
de construcción indeterminado.
MOPÓRA. Attalea maracaybensis.
Palmera del aspecto de la YAGUA, oriunda del Zulia.
«I como extraña duda
la de- vora, | se dirige en silencio a la mopora.» (U. Pérez, La ven- ganza
de Yaurepara).
MOPORITA.
Bactris
(Euterpe) sp.
Palmera del Zulia.
*
MORICHAL. Manantial, o agua corriente
que de él pro- cede, donde
crecen grupos de palma de MORICHE. «Está
si- tuado el pueblo en una
dilatada campiña a orillas de una aguada
o cabeza de morichal.» (Caul., III, 24, 32). –«Esta
acu- mulación de aguas subterráneas es lo que permite explicar có- mo un manantial, llamado morichal, apenas
visible, saliendo
de un grupo de palmas, toma a medida
que corre por aquel te- rreno arenoso, un volumen cada vez más
considerable.» (Cod., 18). Voz us. en Guayana, Anzoátegui y Guárico,
donde son característicos estos manantiales. ||–Quinta, villa, casa de
recreo. Voz usada en Ciudad Bolívar,
donde son estos MORICHALES como
los HATICOS de Maracaibo.
MORICHALITO. Dim.
de MORICHAL. Geog.
*
MORÍCHE. Mauritia flexuosa. Palmera de
regular al- tura, de estipe
desnudo, que contiene una
médula feculenta; frondas
largamente pecioladas, flabeliformes; espádices dísticamente ramosos, con
espatas parciales incompletas; flores polígamo-dioicas; drupa globosa monosperma, con pulpa escasa,
cubierta de una cáscara lustrosa, de color casta-
ño, formada de muchas escamas
leñosas. Crece en Guayana y
en el Alto Llano con profusión. –«El nombre moriche es una corrupción del tupi muriti,
y éste se compone de mbur (alimento) e íti (árbol alto); de modo que significa ‘árbol alto del alimento’ o ‘árbol de la vida’.
Pan de vida lo llamó
el misionero Gumilla» (Ernst.). Sin. MURICHE (Carv., 368, 373). Ref. Cod., 93. ||–Icterus chrysocephalus. Pájaro de pico mediocre, algo arqueado, negro;
tarso y uñas prietos;
alas hasta la raíz de la cola; cola larga, obtusa. Cuerpo negro, con una especie
de caperuza amarilla en la cabeza; tiene dos manchas
amarillas en los encuentros de las alas, y es
del
mismo color la rabadilla.
Habita en Guayana
y construye su nido
entre las hojas de la palma MORICHE. Canto melodioso, parecido al del GONZALITO. Puede conservarse en jaula cau- tivo. «Revoloteando sobre
las ramas | Verdes,
flexibles, que alza el temiche,
| cantó el moriche.»
(Gorrochotegui, Aramare, I). –«En el cercano bosque preludia de repente | un pájaro
sus trinos: dolida serenata | de algún moriche
insomne, de alguna
paraulata | que despertó en el nido,
bajo el azul de fiesta.» (Arvelo L., Sones y canciones, 78). ||–Chinchorro fabricado con hilo de moriche.
–«Nos tendimos diagonalmente, él en un moriche
y yo en una hamaca.»
(Romero G., Peonía, 98).
MORIQUÉTE. Especie de ave de
Cumaná.
MOROCÓTA. Moneda americana
de oro, de valor de 20 dólares, o sean 104 bolívares o pesetas. –«Dos morocotas tiene mi gallo en las espuelas»
(Picón F., Fidelia, 289).
–«Nadie es ‘morocota’, claro, para
que lo quiera todo el mundo!» (Pocaterra, Tierra
del sol amada, 279).
MOROCÓTO. Myletes sp. Pez del Orinoco, de hasta 1,50 m de largo, semejante a
la CACHAMA; de ésta
no difiere mucho en el tamaño,
pero es más chato, de escamas más blancas y sin manchas en el cuerpo. Gumilla escribe morcoto
(o. c., I, 318). Sin. en Marac. PÁMPANO.
Es el tamba ki de los brasi-
leños. Ref. Gilii, I, 76; Cod., 209. ||–Pez fluvial de cuerpo
comprimido, escamoso, elíptico; dientes menudos en el bor- de
de los labios; labio inferior saliente;
radios de las aletas blandos, blanquecinos; pectorales 13; ventrales ca. 9, debajo de las pectorales; anal simétrica con la dorsal (ésta con ca. 17) y
ambas paralelas a la caudal; caudal ca. 15, obtusa. Color plomizo, blanquecino en el pecho, con una mancha parda en la
mitad de cada costado; iris amarillo.
Guárico. El morocó del Alto Orinoco, de escamas grandes
y plateadas, es una
especie de Anástomus.
MOROJÓI. Preparación de yuca agria,
usada por algunas tribus guayanesas del Alto Orinoco para acidular el mañoco y conservarlo largo tiempo. D. t. MURUJÚI. Voz baniva. Moroiúpe en esta lengua
es casabe fermentado.
MORÓNTA. Tiphlops reticulata. Especie de serpiente cu- ya
extremidad anterior es un poco menos gruesa que
la posterior; cola cónica, obtusa; ojos perfectamente distin- tos. Cuerpo negro
o pardo o leonado u oliváceo por enci-
ma, blanquecino o amarillento por debajo y en la punta del hocico. Hállase
en el Llano. Sin. CULEBRA CIEGA.
MÓTE.
En el estado Lara es sopa de
cambur negro. Voz de origen quichua.
Véase MÚTE, adelante.
MUCANÁNA. Pterocarpus
Draco. DRAGO. Voz cumanagota,
que significa cáscara para caballete, drago. Sin. LAGUNERO (?).
MÚCO. Couroupita
guianensis. Mirtáceas. Árbol
de Bar- celona.
Mucco, dice Carvajal,
es «fruta como mamey, muy olorosa y dulce.» (o. c., 367). Cf. MAMEI HEDIONDO.
MUCÚJA. Acrocomia lasiospatha. Palmera de unos 12 m
de alto, cuyo tronco, armado de espinas caedizas de 21/2 cm dispuestas en anillos, se infla a media altura;
hojas pi- nadas con hojuelas lineares; pedúnculo del espádice armado
de largas espinas negras;
espata inerme; drupa grande, es- férica, amarilla,
de envoltura carnosa comestible. Crece en
Guayana y otros lugares cálidos. Su nombre
tupi es mocajá o mucajá; en
aruaco yauára.
*
MÚCURA. «Múcura es cántaro
de los indios, aunque de diferente hechura de los nuestros, porque son de más barri- ga, el cuello más largo,
y la boca más pequeña,
y sin pico»
(P. Simón). «En seguida redoblaba el molinillo dentro
de la hierviente múcura, se servía
el espumoso chocolate en los enormes cocos y el sacerdote
y Doña Nieves cerraban
los pri- meros.» (Picón
F., Fidelia, 29).
Voz chaima. En tam.
y cum. mukra. Ref. Cast., Caul, etcétera.
MUCURÍTA. Dim. de MÚCURA. Geog. (Las Mucuritas).
MUCURUTÚ. Árbol de
grandes dimensiones, de madera igual o mui semejante
a la del MUCO, «de modo que hay en- tre ellos la misma relación
que entre aco y acurutú.» (Ernst, La Exp., 217). Madera dura, de grano fino y de un hermoso color amarillento. Crece en Guayana y el Zulia.
MUCUTÉNA. Cassia spectabilis. CAÑAFÍSTOLO CIMA- RRÓN, C. MACHO.
D. t. MUCUTÉNO.
MÚHUSE. Planta tintórea de Mérida.
MUJÍ.
Árbol de Mérida y Táchira.
Madera pesada, dura; albura de un
amarillento grisáceo, corazón castaño claro, anillos concéntricos anchos, numerosos.
MÚNCE. Véase ISTÚ. Voz usada en el Táchira.
MURÉRE.
Bombax sp. Especie
de CÉIBA de Barcelona y Maturín. «Madera blanda, de
la cual se refiere que siempre se conserva
húmeda.» (Ernst, La Exp. 218).
Sin. CAMARIÁPA.
MURUMURU.
Astrocaryum Murumuru. Especie
de pal- mera espinosa de Guayana, cuyo fruto
es comestible.
MÚTE. En Barquisimeto es carnero cocido
con maíz. «El pan de los indios
es el maíz; cómenlo comúnmente cocido
así en grano y caliente, que llaman
ellos mote; como co- men los chinos
y japoneses el arroz también
cocido con su agua caliente.» (Acosta, Hist., I. IV, c.
16). «Con una tasa de mute come la mama y el sute.» Maldonado,
Tierra nues- tra, p. 483. Del quichua muti, maíz cocido. Muti (Oviedo).
U. t. en Col.
N
NABURUCÓNE. Especie de árbol
indeterminado. Da trozos de hasta 2 pies por lado, y sólo puede extraerse durante las lluvias.
* NAGUAS. Enaguas.
Ref. Cas., II, 139, 148; Ov., I, 134.
NAIBÓA. Casabe aderezado
con
dulce y queso.
Naibóa es
nombre indígena de la yuca. D. t. NAIGÓA. Ref. Bachiller, Cuba primitiva, 327. ||–En sentido figurado es una interjección pa- ronímica que vale tanto como
«nones», «naranjas!» (nada);
v. g. «Qué te dieron? –Naibóa!».
NAMÚ.
Porophyllum ruderale. ANAMÚ. –«El
namú circu- laba libremente»
(Urbaneja A. Nubes de verano).
NAUAVAPÁNI. Cebus
albifrons. Ver MACHÍN, arriba. Fuera del Alto Orinoco, es voz desconocida en el país.
NÁURA. Fruto en cierne del maíz, aún no cuajado el
grano.
NAURAR. Comenzar a fructificar el maíz.
NÉCHA. Feuillea scandens. SÉCUA.
Voz usada en el Zulia.
D. t. NÉCHO
en Lara.
NÉPE.
Salvado del maíz mondado, compuesto de la cás- cara del grano y de los picos o embriones de las semillas.
–«Así se pila para que salga el nepe fino.» (Tosta G., La guerra a muerte, 98).
NÉQUE.
Ver HENIQUÉN. Voz usada en la Cordillera. «La cabuya es más gruesa y áspera, y el nequen más suave y delgado: ambos son vocablos desta isla Española.» (Cas.,
III, 315).
NÍCUA. Ipomoea Bona Nox. Convolvuláceas. Planta
en- redadera de tallos muy largos y lampiños; hojas grandes,
acorazonado-redondas, mucronadas; pedúnculos del largo del pecíolo; cáliz con sépalos
desiguales; corola blanca grande, hipocraterimorfa, con tubo cilíndrico, largo de 3 a 4 pulgadas, y con limbo ancho de 4 a 5 pulgadas;
cápsula oblonga que revienta por la base y se abre superiormente en valvas irregulares; semillas lampiñas. –«Era una figurilla
de barro que tenía por
alma una nicua.» (Urbaneja A., Me- chita, la linda). –«Presenció
cómo una tarde se encaminó
a su rancho con un ramo de nicuas.» (R. Benavides Ponce, Bajo la música
de un cuatro). –«Los espolones
de roca ama- drinada,
que sirven de basamento al edificio y de brocal
a los escurrideros en la época de las
lluvias, están arropados por las nicuas.» (R. Bolívar C.,
Crónica; junio, 1916). –Sin. BOTÚCO, BUENAS-NOCHES.
* NÍGUA. Pulex penetrans.
Insecto parecido a la pulga co- mún, de la que se diferencia en tener blanca la parte poste-
rior del cuerpo y la boca armada de una trompa larga. Se halla hasta 2.000 m sobre el mar y la hembra vive
parasíti- camente en
los mamíferos. Voz taína. D.
t. PULGA DE NIGUA. En el Brasil nigoa. Ref., Cas., V, 349; Ov., I, 56; Gum., I, 353; II, 228; 2ª ed. ||–Árbol coposo, de 20 a 30 pies de alto, corto de tronco y de ramificación dística;
hojas alternas, corta- mente pecioladas, elípticas u ovaladas, puntiagudas, redon- deadas en
la base, enteras, ligeramente aserradas, coriáceas, lampiñas, de un verde oscuro encima,
más claro debajo, lar- gas de 8 cm, anchas de 5 cm, trinervias, con costilla saliente;
pecíolos de 1 cm de largo,
con 1 par de púas de 3 a 4 cm a mo- do de estípulas; drupa pequeña, redonda, lisa, blanco-amari-
llenta, con el cáliz asalvillado flojamente adherente; semilla
de color gris, con dos crestas longitudinales opuestas, envuel-
ta en una pulpa blanca, dulce, comestible. Región cálida del
E. Lara. Sin. CHICA, CANA, en el Guárico. Chica y nigua sig-
nifican la misma cosa, es decir,
la pulga de nigua.
NIGUÁS. Véase
SIOTE.
NIGUATOSO. Aplícase al sujeto
con muchas niguas en-
quistadas, en los pies sobre
todo. Voz despectiva. –«No se encontraba a su sabor en aquella
soledad tan triste
y silen- ciosa, acompañada solamente por la cocinera
y el niguato- so conchabado.» (Picón F., Fidelia, 216).
NIGÜITA. Acnistus cauliforus (arborescens). Solanáceas. Arbolillo mui
ramoso que se eleva a 8, 15 y aun 25 pies, con la corteza cenicienta,
agrietada, corchosa; hojas 3-7 policares, oblongas, aguzadas por ambos extremos, alarga- das, enterísimas, agudas, pubescentes y verdosas
por arriba, blanco-tomentosas por debajo, pulverulentas y alampiñadas
cuando tiernas; racimos umbelados,
axilares; corola campa- nuda, blanco-verdosa;
filamentos libres casi hasta la base; haya pisiforme,
amarilla, bilocular, polisperma. ||–Tournefor-
tia hirsutissima. Borragíneas.
Arbusto sarmentoso, pelie- rizado, ramoso, de hojas elípticas, puntiagudas,
pecioladas, tri- o quinquepolicares,
con nervaduras tri, o sex, o noven-
yugas; flores blancas, en espigas contraídas, corimbosas; co- rola de tubo cilíndrico, estriado, cabe la base, triplo de cáliz;
drupa subglobosa, peluda, blanca.
NIÓPO. Véase YOPO.
NIQUIBÁO.
Planta de hojas olorosas.–«Quemó un viejo moján aromas ricos | de seca y olorosa niquibao.» (U. Pérez, Guajarima).
NIQUITAO.
Baccaris
floribunda. Compuestas. «Planta resinosa, aplicable a
combustible en Mucuchíes.» Febres C., Hist.,
p. 145. También se da aquel nombre al
Eupato- rium leucomyelum. Cf. CHILCA.
Geog.
* NOPAL. Opuntia Ficus indica.
Cactáceas. –«El árbol o más propiamente cardo, que lleva esta fruta nuchtli se llama entre los indios de Calúa mexicanos, nopal.» (Góm., Méx.,
78). –«El terreno,
llano como de ordinario
lo es el de Coro: cubierto
sí de cardones y nopales,
tan espesos que a pocos pa- sos, ni aun estando
a caballo, puede descubrirse el campo.» (Baralt y Díaz, Resumen de la historia de Venezuela, II, 78).
«Bulle carmín viviente
en tus nopales,
| que afrenta fuera al múrice de Tiro.» (Bello, Silva). Del azteca nopalli, lo mismo. Voz de poco uso en Venezuela, si no es en lenguaje
culto o literario en el habla corriente prefiérese su sinónimo
TUNA.
NUPE. Planta fabácea que produce un guisante no co- mestible,
y una raíz harinosa, cuya fécula extraen en el E. Portuguesa.
D. t. NÚPERA.
Ñ
ÑAJÚ. Cassia shamaecristo. Leguminosas. Planta fruticulosa baja de los valles
de Barlovento. Sin. DORMIDERA (Pittier).
* ÑAME. Rizoma grueso
y harinoso producido
por varios vegetales pertenecientes al género Dioscórea, que también se designan
con el propio nombre, sin admitir artículo en
ese caso. Cultívase dondequiera como verdura. Hai dife- rentes especies: D. alata,
D. sativa, D. bulbifera, etcétera.
La primera es la más común. –«(Tracta de
una fructa que se llama
names, digo nnames).
Name es una fructa extran-
gera e no natural de aquestas Indias,
la qual se ha traydo a esta
nuestra Isla Española e a otras partes
destas Yndias; e vino con esta mala casta de negros,
e hace fecho muy bien.» (Ov.,
I, 286). La doble n
equivalía, en el antiguo español, a nuestra actual ñ. D. t. ÑAME DE
GUINEA; YAME (Carv.,
190) es anticuado. Voz introducida en Venezuela con la planta misma.
Littré, sin
embargo, la refiere al calina namuin registrada por Breton.
||–Término despectivo aplicado a un pie grande.
||–DE MATA. D. tuberculifera. Esp. de ñame que produce tu- bérculos comestibles aéreos y
no subterráneos. ||–ISLEÑO. Artocarpus integrifolia. Nombre algo extravagante dado a un árbol
congénere del árbol de pan, traído como éste a América de las islas Molucas. El fruto es semejante al del árbol
del pan en su forma exterior;
pero las semillas
están dispuestas en torno al eje central y tienen otra consisten- cia, aunque
son igualmente comestibles y agradables.
ÑANGARAGATO. Ver CHANGARAGATO.
* ÑAPA.
Adehala. «Gaje o regalía, premio o percana que dan
los venteros a los que han comprado algo» (Carmona). Del
quichua yapana, añadidura. En
quichua moderno yapa es algo que se da sobre lo
que se debe. D. Daniel Granada considera
vulgarísima la forma ñapa (Vocabul. rioplat.,
p. 262). Lo es de hecho,
según parece, en Buenos
Aires; pero, filológicamente hablando, no
es una disparatada anomalía. Asimilando
la y a la ll como líquida,
ocurre a veces el cam- bio en ñ, permutación bastante rara por lo demás en nuestro
lenguaje criollo. U. t. en Méx. Alipego
en C. Rica, yapa o lla- pa en el Ec., Perú, Chile, Arg. En Col. (y a veces en la Arg).
ñapa. ||NI DE ÑAPA! Ni por ésas!
ÑARAULÍ. Mimosa arenosa.
Leguminosas.
Planta baja, aguijonosa, con espigas de
flores blancas. «Resplandecía el
rústico pesebre
bajo una preciosa arcada de ñaraulí florido y titilante, de aroma montaraz» (Urbaneja A., La bruja). Geog.
ÑÁURE. Pithecolobium sp. Esp. de planta sarmentosa.
«Sobre una pequeña
colina se veía el carbonizado tronco de un ñaure
cubierto aún de ceniza.» (Romero
G., Peonía,
LISANDRO ALVARADO 335
67).
||–«Leño muy compacto
y nudoso; y por extensión se ha llamado así todo garrote
o palo grosero, propio para re- ñir.» (Carmona). –«No anden haciendo
bulla | con un cua- tro
destemplao, | porque pueden
tropezarse | con un ñaure encabullao.» (Copla popular,
en Romero G., Peonía, 177).
ÑÉNGUERE. Especie de alcaraván. Cabeza relativamente voluminosa, con pintas menudas por encima; una lista blan- ca
corre sobre ambos ojos y sobre ella otra negra inmediata
que casi se toca con la opuesta
en el occipucio; pico negro,
algo deprimido, no mui largo; ojos grandes; iris amarillo,
pupilas negras; aberturas nasales alargadas, ovales, opuestas
lateralmente. Plumas de fondo gris con manchas negras en el
medio, ribeteadas de amarillo sucio en la cabeza, lomo y alas;
cuello y parte superior del pecho con pintas más me- nudas en un trecho que semeja un babero;
pecho, vientre y parte inferior de las alas blancos; cola corta y puntiaguda; ti- bias verdosas;
articulación tibio-tarsiana abultada; tarsos al-
tos delgados, verdosos;
patas con 3 dedos anteriores, cortos. Es ave de hábitos nocturnos;
aliméntase con insectos, vocea
como el alcaraván, domestícase fácilmente y se encuentra
de ordinario en las sabanas, donde hace oír su reiterado
grito al aproximarse un caminante. Hállase en Lara,
Portuguesa y otros lugares
del Bajo Llano, donde es común la voz.
ÑOCO. Privado o manco de algunos
dedos. Us. en Marac.
Cf. CHOCO.
ÑONGO,
A. Fatídico,
azaroso, de mal cariz. Lisiado, de- fectuoso. Ruin.
–«Ser ñongo en el concepto
de un alcaide es acercarse a un porvenir
político que ya quisieran para sí
muchos líricos» (Jabino, Crónicas ligeras). –«Qué
ventaja tan grande es en la vida tener un mal carácter... ser bien ñon- go.» (Cabrera M., La guerra, 45). –«La fiesta está ñonga»
(Med., 74). –«A Gerardo se le atascó algo muy sospechoso en la garganta: un sin
embargo que tenía muy mala cata- dura, unos puntos suspensivos harto
ñongos.» (Picón F., Fidelia, 442). –«Yo
hago negocio polque... en
fin, franca- mente, polque usté me ha caido en gracia. Soy más ñongo
pa meterme en estos negocios
de arrendamientos!» (R. Ga- llegos. El último Solar, 236). Voz familiar.
ÑONGUÉ.
Datura tatula. Solanáceas.
Planta herbácea anual de tallo, ramos y pecíolos morados, alta de unos 3 pies; hojas ovales, lampiñas,
sinuoso-dentadas; flores violá- ceas,
cáliz y corola quinquedentados;
cápsula erguida, cua- trilocular,
erizada, de aguijones
iguales, subulados, largos de 4 líneas: semillas numerosas lenticulares.
Es medicinal (Ben., Nº 67). ||–BLANCO.
Datura
arborea. De
candida, se- gún Pittier. Sin.
FLOR DE BAILE, F. DE
LUNA. Planta
de hojas aovado-oblongas, enteras, con pecíolos suavemente
pubes- centes; cáliz cilíndrico, pubescente; corola grande, blanca, inclinada, con tubo cilíndrico y limbo de 5 lacinias
mui lar- gas; anteras distintas. ||–MORADO. Es el ÑONGUÉ común.
||–DE MONTE. Lisianthus vasculosus.
ÑOPO. Ver YOPO.
O
OBIUBÍ. Nyctipithécus sp. «Mono nocturno de un color oscuro y la cara casi negra y muy triste;
su cola tiene poco pelo. Está continuamente sentado con la cara entre las
piernas, la cola enroscada alrededor del cuerpo y durmiendo todo
el día.» (Cod., 158).
OBÓQUE. Especie de árbol indeterminado. Coro.
OCUMÍTO. Diminutivo de OCUMO; mas la especie
parece ser otra. Geog.
*
OCÚMO. Colocasia esculenta. Aráceas. Planta herbá- cea de hojas más o menos grandes, abroqueladas; rizoma tuberculífero, harinoso. Fécula
bastante fina. –«Oqumos que es una rraiz como de caña y es gustosa.» (Relaciones geográficas,
III, 81). Cr. kumo, ar.
okum, lo mismo. Sin. TARO. Ref. Ben., Nº. 68. ||–Xanthosoma sagittaefolium.
Planta herbácea de la misma familia,
de hojas sagitadas, no peltadas.
OCÚPE. Véase ACUPE,
arriba.
OCÚPO. Cierto árbol maderable. Ref. Cod., 120.
OJO
DE ZAMURO. Mucuna pruriens. Leguminosas. Planta voluble,
de hojas trifoliadas; hojuelas de envés más o menos
sedosas al terminal, mayor, romboidea, las latera- les oblicuamente deltoideas; flores en racimos
elongados; corola purpurina o azul oscuro, con estandarte aovado y
quilla provista de un pico
cartilaginoso; legumbre oblon- go-lineal,
corva, sin crestas trasversales, aterciopelada, densamente cubierta
de pelillos prietos,
rígidos, mui urti- cantes. Nombre alusivo
a la forma y color de las semillas.
Sin. PICAPICA. Ver SAMÚRO. Ref. Ben., Nº 69.
ONOTÁR.
Pintar con ONOTO.
||–Colocar con ONOTO la manteca de guisar.
ONOTÉRA. Saquillo lleno de ONOTO para ONOTAR las vian- das, a imitación del azafrán usado en Europa. ||–Saquillo
en que sujetan el cabello
las mujeres para ensortijarlo y ri- zarlo.
Guárico.
ONOTÍLLO. Bixa upatensis. Árbol de 20 a 30 pies de al- to,
mui ramoso, de flores más
pequeñas que las
del ONOTO, casi blancas;
el fruto es una cápsula casi globosa, del tamaño
de una avellana, de color
verde oscuro, con 7-12 semillas
en cada placenta. Crece en las cercanías de Upata (Grosourdy)
||–
Vismia ferruginea. Bixáceas. Árbol de madera
bastante compacta, de color amarillo rojizo; parece ser ella susceptible
de un hermoso pulimento. «La corteza y el pericarpio de los
frutos contienen un pigmento
rojo-amarillo, semejante a la gutagamba, y que penetra
también en las plantas parásitas (v. g. Phoradendron) que vegetan
a menudo sobre este ár- bol.» (Ernst, La Expos., 219, 243).
* ONÓTO. Bixa Orellana. Arbolillo
de flores rosadas o blancas, cuyo fruto es una cápsula erizada de púas, dentro de la cual se hallan
de 20 a 30 semillas
en cada placenta, que es- tán
envueltas en un pigmento rojo soluble
en las grasas y usado en Venezuela
a la manera
del azafrán en Europa. «La
planta llamada onoto sirve
para su medicina, produciéndole efecto sedante para los dolores de cabeza y administrándose las hojas pegadas
a las sienes.» (D. Mendoza, El llanero, p.
73.) Voz caribe y cumanagota: en gal. y tam. anóto, etcétera.
Ref. Cod., 108. Geog.
ORIHUÉLO. Crotophaga major. SAMURITO. Parece ser una forma diminutiva de AURA
q. v.
ORIMÁCO.
Planta medicinal del Táchira.
Cf. URUMÁCO.
ORIPÓPO. Cathartes (Oenops) Aura. Vultúridas. Ave ra- paz diurna, de cabeza desnuda, roja, con una protuberan-
cia en el occipucio, y otra de la coronila
a los ángulos de la boca;
pico y tarsos relativamente cortos; ceroma prolonga-
do sobre la fosas nasales,
que son grandes
y ovales; mitad superior
del cuello desnuda y de color de carne; lo demás de él, así como el resto del cuerpo,
de un color negro con vivo verdoso metálico; iris pardo oscuro; pico amarillo
claro de cuerno, pies blanquizcos. Largo 78 cm, cola 26, brazas 164. Éste es el que dicen también Oripopo cabeza-colorada, co- mún en el país, para diferenciarlo del
Oripopo cabeza- amarilla (C. Urubitinga), que habita en el Orinoco. –«Fué
abandonado en unos cerros
en los que pronto los zamuros
y oripopos hubieran estado de festín,
si un desertor no lo llevara camino de las nativas sierras» (Urbaneja A., Casco de oro). Es voz tomada,
según Ernst, del guaraní.
Su nombre en esta lengua es irubúpirá
(urubú colorado), o irubú-acabi-
rái, según Azara. Sin. CATALUFA, CATALINEJA.
ORÓI. Pulex penetrans. NIGUA.
Voz us. en Trujillo.
ORÓRE.
Pithecolobium hymeneaefolium. Leguminosas. Árbol coposo,
corpulento, de ramitos y pecíolos
lampiños; hojuelas uniyugas, oblicuamente oblongas, lampiñas;
estí- pulas aguijonosas; espigas mui densas, flores rosadas o blancas,
pubescentes, pequeñas; legumbre linear; semilla
rodeada de un arilo carnoso. Florece en febrero. Mala ma-
dera. –«Produce una excelente
goma y se sirven de él para dar sombra al café.» (Cod.,
192). El orore del Zulia
es el P. Ligustrinum (Pittier). –«El árbol designado para este reem-
plazo es el orore, llamado también copete de paují y plu- maje de la reina.»
(Díaz, I, 171). –«Señuelo de su copa en
lozanía, | encendidos granates el orore | en mil estuches cría.» (Lazo M., Silva). –«Por el labio de promesas lleno,
el orore su púrpura desgrana» (Id. Consuelo).–«He soñado |
volar sobre tus labios tentadores, | pues tienen el color de los orores
| que los besos del sol han sazonado» (Id., Cual orores
maduros). –Del cum. orori, que
Ruiz B. traduce
«espino». Sin. AHOGAGATO,
PAUJÍ, PIQUIRGUA. El moruro
de Cuba es el P.
filicifolium.
ORUMÁCO. Ver
URUMÁCO.
ORÚMO. Myrcia cucullata. Mirtácea. ||–En Coro, el APA- MATE (?).
Madera poco densa, pardusca o amarillenta
mati- zada, del aspecto de
la del PARDILLO. ||–En Marac. y Mérida,
el YAGRÚMO. Véase YARUMO (Cecropia sp.).
ORÚMO
MACHO. Oreopanax
Morototoni.
ORÚRA. Myrcia acuminata. Mirtáceas. Arbusto de hojas opuestas, enterísimas, aovado-oblongas, bastante acumina- das, obtusas en la base, reticuladas, coriáceas, lustrosas, pu- bescentes
en las nervaduras; panículas axilares y terminales, ternadas, ramosas,
más largas que las hojas; cáliz
cuatri o quinquefido, corola blanca; ovario apeonzado, bilocular, con lóculos biovulados.
Portuguesa, Zamora. D. t.
SARURA.
* OTÓBA. Myristica Otoba. Árbol de
hojas alternas, dísti- cas, enterísimas, elípticas o trasovado-elípticas, sin estípulas,
penninervias, con 12 a 15 nervios laterales
en cada mitad, que hacia el margen
se desvanecen; racimos axilares;
flores dioicas, aterciopelado-leonadas, con perigonio trifido, lam-
piño por dentro; estambres monadelfos; anteras 3, libres, erectas sobre
un pezuelo común más largo; ovario libre, fruto carnoso, ovoide, agudo por ambos polos, pericarpio oleoso,
arilo blanquecino. Produce una especie de nuez mos-
cada dicho fruto. Es la otóva u otíva de los Tunebos.
«Subiendo más alto (en el páramo
de Chita), hallan los árboles que dán la Otova ó
como dicen otros, Otiva.» Gum., I, 306. Ver también
II, 230. –«Se encuentra en las provincias de Guayana, Cumaná, Mérida, Trujillo
y Barquisimeto.» Cod., 109.
OTOMÍA. Tortura, tormento,
molestia. Del azteca otomitl, se- gún Membreño. En otra parte hemos indicado que podría ser más bien corrupción del español «notomía».
P
PACURÉRO. Sideroxylon Pacurero. Sapotáceas. Ár- bol maderable. Oriente. D. t. PECURERO. ||–Pisonia
inermis. Nictagináceas. Árbol silvestre. «Madera
de poca dureza
y bastante liviana; se dice
sin embargo que sirve para cons-
trucciones debajo del agua.» (Ernst, La
Exp., 220). Sin. SALADO. La
P. Pacurero es un arbolillo de hojas alternas
o semiopuestas, pecioladas,
elíptico-oblongas, agudas por am- bos cabos, enterísimas; flores corimbosas, de cáliz lampiño, verde, tubuloso-embudado; 8 estambres hipoginos con an- teras
subglobosas, biloculares; ovario ovoideo, lampiño.
PACHÁCO. Capparis Pachaca.
Árbol elevado, de hojas esparcidas, exiguamente pecioladas, simples, enteras, elíp- ticas o aovado-elípticas, obtusas, algo emarginadas, acorazo-
nadas, coriáceas, lampiñas, lustrosas encima; flores terminales
semiarracimadas, bracteadas; cáliz aorzado, cuatrifido; coro-
la blanca con 4 pétalos
trasovados; estambres numerosos,
anteras lineales, arqueadas; ovario largamente estipitado, más largo que los estambres; estigma sentado, grueso; fruto pén- dulo, tripolicar, subgloboso, unilocular, indehiscente, de cor- teza dura, verde; semillas numerosas, alojadas en la pulpa. Madera de poca dureza,
de color claro,
con anillos leñosos bien distintos y muchos
poros en la parte anterior
de cada anillo. Guárico,
Anzoátegui. Ref. Ernst, La Exposic., 179.
–«Surgía un pachaco verde; golpeaba un pica-palo en un car- dón pelado.» (B. Vallenilla L., Guerra y fiebre). Ver AJICITO.
* PÁICO. Chenopodium ambrosioides. PAZÓTE. Us. en el Táchira y en la Arg. –«Llámase
esta yerba en la lengua del Perú Payco y
en la mexicana Pazote.» (Cobo, I, 387).
PAICURÚCU. Passiflora sp. Véase Parcha, adelante. «El Paicurucu
tiene la forma del alcaparrón y la flor es como la que llaman de la pasión;
producenla unas matas seme- jantes a la de la balsamina, es comida gustosa,
su médula es blanca y el sabor muy semejante al de la uba moscatel.» Ruiz B., Conv.,
§ 5. –«La
parcha, que los
indios llaman pai- curucu, es parecida á una pera
mediana, y algunas
tienen fi- gura de alcaparrón; pero de poca médula
aunque dulce y sabrosa. El arbolito que las produce es un bejuco, á quien po- demos
llamar el rosal de la pasion, a quien se asimila en la
flor, y se distingue
enteramente en las hojas.» Caul., I, 3. –Del car. pashurúku, lo mismo.
No parece usarse vulgarmente hoi en
el Oriente. D. t. Guaicurucu.
PAJARÉQUE. Vocablo antillano, casi siempre usado en la
expresión adverbial
DE PAJAREQUE, para indicar
una construc- ción, cubierta o no, en que el techo descansa
sobre palos cla- vados
en el suelo, y las paredes
consisten en una armazón
de madera englobada
en barro y paja mezclados. –«Tanto la ca- sa como la cocina deben rodearse
de pajareque.» (Díaz, I, 15).
–«Por ello colgaban siempre del jibado pajareque las
ter- cerolas cargadas de guáimaros» (J. Santaella, Algo criollo).
D. t. BAJARÉQUE.
«No impedirá el que en las parroquias de corta población y lugares de
campo, se construyan casas de madera y barro, llamadas de bajareque.» (Reglamento general de policía, 1828;
art. 279). –«Casa, que no es de mármoles pulidos sino de humilde bahareque.»
(Díaz R. Sermones líricos, p. 155).
U. t. en Hond. «En un expediente
de tierras del año de 1763 leemos
pajareque» (Membreño,
Hondureñismos, en la voz).
Lo mismo en Nic. (Barreto). Como las lenguas indígenas usan rara vez la b, nos
inclina- mos a preferir la
forma PAJAREQUE. En la acepción de en- tramado, pared de barro armado (ejemplo
de Díaz), se usa rara vez. Bien se ve que las modernas
construcciones de cemento u hormigón
armado equivalen, mutatis mutandis, al tradicional PAJAREQUE.
PALCHUÁCA. Passiflora sp. pl. Especies de pasionaria o parcha, de fruto
amarillo, que habitan
en las montañas de Mérida.
Modificaciones de PALCHA o PARCHA. Ref. Pic., 261.
*
PALTA. Fruto
del aguacate. –«Las paltas al revés son ca- lientes
y delicadas.» (Ac., IV, 24). –«La palta (dice el P. Cobo) se llama así en la lengua general
del Perú, que en la
mayor parte de las Indias la nombran aguacate, que es el nombre que le dan los indios
de la Isla Española.» Hist., II,
20.
–Del quichua pallta, lo mismo. Voz
poética en Venez.
PALTO. Persea gratissima. AGUACATE. –«Es el palto árbol grande, y bien hecho, y de buena copa, y su fruta de la figu-
ra
de peras grandes.» (Ac., IV, 24). Voz desusada
en Venez.
*
PAMPA. Llanura, dehesa. Del quichua cusquense pampa, llanura,
campo, campiña. Voz poética en Venez. A veces se
la emplea en sentido estricto, como sinónimo de sabana; pe- ro es bueno advertir que las voces
pampa, sabana, pradera, estepa,
etcétera, indican aspectos peculiares de las llanuras, tan distintos geográficamente, como los distintos aspectos
de los desiertos
árabes o africanos,
que por lo mismo tienen numerosas denominaciones especiales en
cada país.
PANÁQUE. Nombre dado
a varios peces de agua dulce,
de los géneros Chaetóstomus y Plecóstomus, familia de los Silúridos, de cabeza abultada, boca inferior casi circular, cola
bifurcada y color generalmente pardo. Hai diferentes especies,
v.g. Ch.
nigro-lineatus, de Calabozo; Ch. cirrhosus, del Túi;
Ch. gymnorhynchus, S. Esteban; Ch. mystacinus, Caracas;
P. plecostomus, Valles de Aragua.
El Cochliodon plecosto- moides, de la fam. de los Loricáridos, también llaman PANA- QUE en los valles de Aragua.
–«El zambo dió un salto patrás que
ni panaque.» (Cabrera M., Mimí, 56). Cf. CORRONCHO.
PANÉQUE. Zanthoxylum
ochroxylum. Bosúa. Us. en el Or. Ref. Cod., 116, 120.
*
PAPA. Solanum tuberosum. Patata, tubérculo bien cono- cido. Voz quichua,
usada igualmente en España, y tomada
en dondequiera como nombre del producto
más que de la plan- ta
misma. ||–DE AÑO.
Especie o variedad anual
de la patata, de color amarillento o violáceo.
–«Más ricos que el pan mis- mo parecían
los plátanos hartones, los provocativos apios, la yuca blanca
como el algodón, y las inmensas papas de año cocidas con
hollejo y todo.» (Picón F., Fidelia, 223).
PAPÁRO. Ave
acuática del Zulia. Geog.
PAPARÓTE. «Ave del tamaño
del turpial, de plumaje co- lor de ceniza por encima, y amarillo muy claro por debajo,
y cuyo canto es un silbido. Es pájaro
insectívoro.» (Pic., 263). Quizá el GARRAPATERO.
* PAPÁYA.
Fruto del PAPÁYO.
Sin. LECHOSA. Ref. Ov., I,
323; Cobo, II, 15.
PAPAYÍTA. Fruto
del PAPAYÍTO.
PAPAYÍTO. Carica cauliflora. Pasifloráceas. Arbolillo sil- vestre de tallo simple y hojas quinquelobas, cuyos lóbulos ma- yores
son pinatífidos y puntiagudos; flores
en corimbos simples, no axilares, sino dispuestos a lo largo
del tallo; fruto
oval, del porte de una manzana, algo puntiagudo. Solamente
la semilla, o más bien
su envoltura, es comestible. Tanto es- ta especie
como la C. microcarpa crecen en la zona cálida.
Sin. TAPACULO.
*
PAPÁYO. Carica Papaya.
Pasifloráceas. Árbol de tallo simple, no leñoso, sin ramificaciones, alto de 15 a 20 pies, en cuyo vértice nacen las hojas largamente pecioladas, mui gran-
des, palmadas, septenlobas, lampiñas, sin estípulas, con lóbu-
los pinatífidos, puntiagudos; flores en corimbos
apanojados, axilares
grandes, monoicas o dioicas
(de que proviene la dis-
tinción vulgar
de macho y hembra); fruto oblongo, amelona-
do, largo de 6 a 10 pulgadas, amarillo, comestible. Del tronco
y hojas llora un jugo lechoso
o látex amargo,
que contiene pa- paína, por lo que se usa, mezclado con agua, para ablandar carnes duras y escabechadas. Las hojas se emplean en lugar del jabón
para blanquear encajes, muselinas y zarazas. Las semillas son
vermífugas. Del car. kapáda, cal. abábai, tam. mapáya. Sin. LECHOSO. Ref. Cod., 100; Ben., Nº 72.
*
PARAGUATÁN. Condaminea
tinctoria. Rubiáceas.
Árbol de 20 a 25 m de alto, de que se saca una hermosa madera
rosada, compacta, susceptible de pulimento, propia para eba- nistería. Su corteza
da un tinte rojo. «Los trastes, en número de diez y ocho, van incrustados en el cuello del instrumento y fuertemente adheridos con gomas resinosas
extraídas del ár- bol
de paraguatán.» D. Mendoza,
El llanero, p. 17. Del tam. Parauatáni, lo mismo.
Sin. CUCHARO. Ref. Cod., 99.
PARAMÁN. Moronobea montana. Gutíferas. Árbol de unos 100 pies de altura, corpulento, coposo, de hojas simples, alter- nas, lanceoladas, penninervias, lampiñas, cortamente peciola- das; flores de color de escarlata, en cimas umbeliformes. Pittier cree que este árbol es la Symphonia
globulifera. Madera pro-
pia para la construcción civil. Produce una resina amarilla del mismo nombre
(paramán o peramán), empleada
en Guayana para calafatear barcos. En ch. y cum. paramái, en acavayo
paramáni. En cal. balámani significa alquitrán o pez. En
arec. piramang es resina de copéi.
Voz afín de MÁNI y MÉNE,
q. v. D. t. PERAMÁN (Gum.,
II, 116; Gilii,
I, 180). Codazzi
es- cribe de ambos modos (o. c., 118, 621). «Peramán, lacre pare- cido al nuestro
que fabrican de cera negra,
y otras resinas
que en ella derriten
a fuerza de fuego.»
Gum., II, 116, 2da. ed.
*
PARAPARA. Semilla del
PARAPARO, usada como juguete por los niños. –«Tembladores
visajes en las tierras | pupilas
ardorosas, | cual vivo cabrilleo
en las pequeñas | pulidas pa- raparas» (L. Churión, Matinal). –«El escogido
fue un pastor
de algunos veinte años, moreno,
robusto, lampiño, los ojos pequeñitos y negros como dos
paraparas.» (R. Blanco F., Dramas mínimos, 151). Voz geog.
||CAFÉ EN
PARAPARA. Llá- mase así el fruto desecado del café,
provisto aún de la cás- cara. –«Llamamos café trillado el no descerezado y secado con su concha, o como también
decimos, en parapara.» (Díaz, I,
175).
*
PARAPÁRO. Sapindus saponaria. Árbol
elevado y frondoso, como de
60 pies de alto,
con hojas de 4 a 5 pares de hojuelas
desiguales, elípticas, tomentosas
debajo; raquis anchamente alado; panojas pubescentes, flores blanquecinas; fruto o carpidio globuloso, del grosor de una cereza de color amarillento sucio o algo pardusco,
semillas esféricas, negras,
lisas. La pulpa viscosa y amarga del fruto se usa en lugar del jabón. Madera fuerte, flexible, resistente, no mui pesada.
–«Luégo se irán a anidar
en lo más oscuro y reservado
de los paraparos en
flor.» (Cabrera M., Mimí, 181). –Parapara, según
Tauste, significa en chaima palma de COROZO: la se- mejanza
del fruto en ambas plantas explicaría la homonimia.
Ref. Cod., 106; Gros., II, 391.
PARÁPE. Especie de tortuga
y la concha que produce,
pa- recida al caréi. Costas orientales.
PARATÚRE.
Árbol de
Guayana. Madera preciosa, propia para construcción
naval. Hai dos variedades
más: PARATÜRE DE
REBALCE Y P. DE TIERRA FIRME. Ref. Cod., 120.
* PÁRCHA.
Passiflora sp. pl. Pasionaria. Género de plan- tas
herbáceas o subfrutescentes, de tallo trepador provisto de
zarcillos, flores
solitarias, a veces reunidas,
cáliz monosépalo, corola
con 5 pétalos distintos; disco aorzado, rodeado de filamentos, ginóforo terminado
por el pistilo, ovario con 3 estilos; fruto carnoso o corticoso, comestible. Los nombres botánico y español
de estas plantas aluden a la semejanza
que se ha creído
ver entre sus órganos florales y los objetos
del su- plicio de Jesús el Ungido:
disco, ginóforo, estilos y zarcillos representarían corona de espinas, lanza, clavos, látigos. FLOR
DE LA PASIÓN llamáronla los
misioneros. –«Tendida para tí
la fresca parcha | en enramadas
de verdor lozano, | cuelga
de sus sarmientos
trepadores | nectáreos
globos y franjadas flores.»
(Bello, Silva). –«Del verde mogote en la cimera | Abre su flor simbólica la parcha» (Lazo Martí, Silva). D. t. PALCHA, en
Occ. ||–GRANADILLA. Passiflora quadrangularis. Pasionaria
de tallo cuatrialado, fuerte, ramosísimo, largo de 15 a 20 m; hojas enteras,
pinatinervias, lampiñas, aovadas, mucronadas, algo ondeadas; flor grande, morada;
baya crecida, larga de hasta
15 pulgadas, oblonga o elíptica,
lisa, comestible. Cul- tívase en la zona cálida. –D. t. GRANADILLA,
a secas. –«La flor de granadilla es tenida
por cosa notable:
dicen, que tie- ne
las insignias de la Pasión,
y que se hallan
en ella los cla- vos, la columna,
los azotes, la corona de espinas y las llagas, y no les falta alguna razón, aunque para figurar todo lo
di- cho es menester
algo de piedad, que ayude a parecer aquello; pero
mucho está muy expreso, y la vista
en sí es bella, aun- que no tiene olor. La fruta que da llaman
granadilla, y se co- me, o se bebe, o se sorbe, por mejor decir, para refrescar: es
dulce, y a algunos les parece demasiado
dulce.» (Ac., IV, 27). Granadilla
también trae Solórzano
(Política
indiana, vol. I,
p.
12); pero de ordinario decimos PARCHA GRANADINA O
PAR-
CHA DE GUINEA. –«Eduardo Real lo imitó,
entreteniéndose en contemplar las desvanecentes coronas que el humo de su cigarro
iba formando bajo el verde y sombroso
toldo de la troje de parchas granadinas que se rendía al peso de sus olo- rosos frutos.»
(R. Gallegos, Un místico). –«La
gran parcha que vulgarmente llamamos parcha de Guinea
por su origen no fue conocida
en Venezuela hasta principios de este siglo,
y se propaga en todas las temperaturas,
especialmente en la zona cálida» (Díaz II, 181).
PARCHITA.
Passiflora caracasana. Especie de pasiona- ria de fruto esférico, amarillo, corticoso, de sabor agrada-
ble. Crece en lugares fríos, montañosos. La P. ligulata es otra especie. Ref.
Cod., 116. ||–AMARILLA. Passiflora ligu- laris. Arbusto
trepador de hojas enteras, pecioladas, esti-
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